El Día Internacional de los Trabajadores y los Mártires de Chicago

Desde fines del siglo XIX, en 1889, se conmemora el Día del Trabajo o Día Internacional de los Trabajadores, proclamado en sus inicios por el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional. Este día no es como cualquier otro, está asociado a la lucha de los trabajadores de las fábricas de la época.

Si bien nosotros estamos acostumbrados a la jornada laboral de 8 horas, no siempre fue así. Hace tan sólo 100 años hombres, mujeres e incluso niños tenían horarios de trabajo dentro de la fábrica de 12 horas consecutivas o más. Y este, el 1 de mayo, es un día que está marcado por la lucha de los “Mártires de Chicago”, un grupo de sindicalistas anarquistas y socialistas de Estados Unidos; quienes en 1886 iniciaron un huelga el primer día del mes de mayo en su reclamo por la reducción de la jornada laboral a 8 horas, ya que en ese momento trabajaban 16 horas diarias, dejando así a más de 5000 empresas paralizadas.

Pero, ¿por qué en Chicago?: A fines del S. XIX ésta era una de las ciudades más grandes del país norteamericano, a la que llegaban miles de trabajadores desempleados cada año en busca de nuevas oportunidades, como consecuencia de la incipiente Revolución Industrial estadounidense, creándose así los primeros barrios obreros que albergaban cientos de miles de habitantes en los márgenes de la ciudad.

El 1 de mayo del 1886 unos 200.000 trabajadores dieron inicio a una huelga, mientras un número similar de trabajadores conquistaron el derecho de la reducción de la jornada laboral a 8 horas con tan sólo amenazar con parar la producción. A pesar del contexto, en Chicago la fábrica McCormick de maquinaria agrígola, pudo continuar su producción gracias a un pequeño grupo obreros que decidió no adherirse a la huelga. En los días sucesivos siguieron las manifestaciones, algunas de más de 50.000 personas bajo la consigna “8 horas para trabajar, 8 horas para descansar y 8 horas para que hacer lo que nos plazca”, manifestaciones que fueron disueltas violentamente por la policía.

El 3 de mayo mientras se celebraba una concentración frente a las puertas de McCormick, sonó la sirena que indicaba la finalización del turno de los “rompehuelgas” e inmediatamente se inició un enfrentamiento entre éstos y los manifestantes. Este hecho terminó con 6 personas muertas y un centenar de heridos producto de la represión policial. Ante la masacre, al día siguiente, con permiso del alcalde, se realizó un acto en la plaza Haymarket, en la que hablaron los principales referentes del movimiento obrero. Entre ellos se encontraba Augusto Spies (famoso periodista alemán), Albert Parsons (obrero norteamericano) y otros líderes anarquistas. En plena manifestación irrumpe la policía para disolverla y ante la negativa de los trabajadores, quienes argumentaron la legalidad de la reunión, hicieron explotar una bomba que tuvo como consecuencia la muerte de 38 personas y otras decenas quedaron gravemente heridas. A partir de estos sucesos, se declaró el estado de sitio en la ciudad de Chicago, fueron apresados los dirigentes de la movilización y un número alarmante de manifestantes, se realizaron centenares de allanamientos y a su vez los medios de comunicación reproducían frases como “para estos vagos harapientos lo mejor es una bala de plomo en el estómago”.

Los Mártires de Chicago fueron juzgados el 21 de junio de 1886 junto a 23 obreros más, acusados de haber sido los promotores del conflicto al tirar la bomba que explotó en Haymarket contra los policías. Como resultado de este proceso Augusto Spies, Alberto Parsons, Adolfo Fisher, George Engel, Louis Ling, Michael Schwab, Samuel Fielden fueron condenados a pena de muerte con el fin de “proteger el sistema norteamericano y sus instituciones”, además se habló de conspiración extrajera porque mucho de los dirigentes eran de origen alemán. Al momento de ser ejecutado Augusto Spies pronunció las siguientes palabras “llegará un tiempo en el que nuestro silencio será más elocuente que las voces de los hoy ustedes estrangulan”. Años después, el nuevo gobernador de Illinois permitió la revisión del juicio, se determinó que los testigos habían sido comprados y que la bomba fue disparada por la policía.

Cada 1 de mayo es un motivo de alegría, festejamos tener una jornada laboral de 8 horas, vacaciones pagas, aguinaldo, licencia por maternidad y paternidad y días de estudio; pero también es un llamado a la memoria, para recordar a aquellos que nos precedieron y que desafiando al poder de turno se atrevieron a decir “acá estamos”, sufriendo la persecución, tortura y muerte en reclamo de los derechos laborales que hoy gozamos.

Nunca los olvidemos.